martes, 10 de abril de 2012

Todo mal (?)

Y si, bastante mal: sin dinero, sin trabajo, sin sexo, sin perspectivas de encontrar otro trabajo en CABA, tirando líneas en Córdoba... viendo que hago.
Obviamente, hay alegrías, tales como hacer llorar con mi rostro a mi nueva sobrinita, festejar el cumpleaños de ContaMadre, ver el triunfo de Belgrano con amigos, correr con el ContaMovil como en los viejos tiempos y empacharme con chocolate (entre otras cosas).
Anoche, salí a último momento hacia la terminal de ómnibus con mi megavalija, mi campera-monedero y Contamadre. Tomamos un taxi, y tras poder encastrar la valija en el mismo, nos dirigimos hacia la vieja terminal, al llegar subimos al primer piso a velocidad "pedo de buzo", y cuando le pido a ContaMadre mi campera, me dice "no, la tenés vos", mi memoria de paquidermo me hizo recordarle que se la había entregado en la puerta de casa... y cuando lo recordó me dijo "uyyyy, me la olvidé en el taxi". Mi corazón se paró. TODO lo que quedaba de mi sueldo y mi documento estaban en esa bendita campera, que me había acompañado en todos mis viajes... corrí hacia seguridad, los policías se pusieron las pilas y al toque me mostraron los videos de vigilancia... Tras una eterna espera (menos de 3 minutos, pero en esos momentos, era eterna), apareció el taxi del cual me bajaba: el 2110. Era de una empresa de radiotaxis, así que llamé... tenían mi número registrado (esa empresa auspicia mis andanzas cordobesas), y a los 15 minutos, me llamaron, avisando que la campera estaba abajo del asiento del conductor, con el dinero y el documento. Yo ya estaba en camino, ContaMadre recibió mis pertenencias... y ahora veo la utilidad de tener mi tarjeta de débito, CBU y ContaPadre que deposite mi dinero. El alma me volvió al cuerpo, y la ansiedad me mató... por suerte, el tipo sentado a mi lado en el colectivo era vegetariano, y me dio su comida (oh si, angustia oral... como uso brackets no ofreció satisfacérmela de otra forma).
Hoy, a primera hora, cita en el Ministerio de Trabajo. Tanto me insisten en mi ex trabajo que envíe telegrama de renuncia, que fui a asesorarme por los cuervos (o abogados, es lo mismo).
Sin dinero, sin trabajo, y sin sexo... ya me ofrecieron arreglar una de las tres cosas, más unos chocolates. Mientras, acepto los chocolates... y pienso en hacer abdominales para ir a Cocodrilo, donde seguramente encontraré de las tres cosas.
Ah, antes de que me olvide... Felices Pascuas de resurrección (donde menos mi vida sexual, resucita todo)

2 comentarios:

SirThomas dijo...

Qué de desventuras en los últimos días; un embole lo de la renuncia (no por la renuncia en sí sino por la situación, el jefe, todo eso) y el olvido de la campera (más que nada por los documentos y valores que tenías); sorprendente la actuación de la policía o seguridad del lugar. Quizás sea un guiño de que las cosas vayan a cambiar, o tal vez sólo un golpe "de suerte" pero desde aquí le deseamos la mejor de las mismas para que pueda recomponerse por completo.

Saludos.
Sir.

Conta Dora dijo...

Sir: Perdón por olvidar responder esto... Si, de a poquito todo va mejorando!

Besos!!